Tocar fondo.
Sentir que después no hay nada. 
El final. 
Me quedo sin aire, no puedo salir a la superficie. Las olas me arrastran hacía dentro. No puedo más. Sé que de esto no paso. Aquí me quedo. Nunca pensé que sería tan importante saber qué pasará al segundo siguiente. Decidir o dejarme llevar. Dominar o ser dominado. De alguna manera debo luchar, luchar hasta con mis propios pensamientos. Salir a la superficie. Levantarme. Gritar. Cojo el toro por lo cuernos. Soy dueña de mi vida y eso no me lo quita nadie. Luchar por lo que quiero es lo que me da la libertad y el carácter. El aire puro entra en mis pulmones. Respiro. He salido fuera. He aplacado las olas. Nada puede conmigo. Soy más fuerte. Porque después del fondo...
Voy hacía arriba como si volara. 
"El último momento de la noche, es el más oscuro, pero, justo después amanece

 


Me gusta mi destino y tu probabilidad.







Es una ciudad pequeña, completamente sumida en la oscuridad de la noche. Todo el mundo duerme, y sólo los pasos de dos jóvenes rompen el silencio mientras atraviesan las calles. 
Ella va guapísima, con una falda negra, una camiseta blanca y un sombrero a juego tomado prestado de un amigo. Pero da igual como fuera, el chico que la acompañaba pensaba que ella siempre deslumbraba. Incluso de noche, su mundo era tan alegre que parecía que el Sol estuviera presente, y es que para él, su propio Sol caminaba a su lado. 
Ambos volvían de una fiesta. Él no tuvo nunca ganas de ir, pero de que él fuera o no dependía que ella pudiera disfrutar de aquella noche. Total, ¿qué más le daba a él ir o no? Lo único que realmente quería era estar al lado de ella. No hacía ni un mes que se conocían y él ya estaba perdidamente enamorado de ella, y a la vez tan desconcertado... nunca había sentido nada igual por nadie. El simple hecho de verla desde la otra punta del local hacía que su mirada se perdiera y le reconfortara.
Él estaba muy nervioso mientras atravesaban las silenciosas calles, mientras el sonido de sus zapatillas y las bailarinas negras de ella penetraban en sus pensamientos y los enturbiaba, y todo ello sumado al nerviosismo le impedía concentrarse. Estaba casi temblando y con un nudo en el estómago. Él había intentado que sus manos se encontraran, pero sólo encontraba unos cuantos roces que ella no parecía encontrar , pero cada vez que sus manos se rozaban, los latidos de su corazón se disparaban como activados por un resorte. Estaban llegando a casa de ella, y ese era un trayecto que él quería concluir pero que a su vez nunca quería que acabara. Sabía que todo tenía que acabar de una forma u otra esa noche, y tenía miedo del resultado.
Llegan al portal de ella. Quedan enfrentados el uno al otro. Él, consumido por sus pensamientos, y ella... bueno, ella estaba tan magnífica como siempre, y al ver su sonrisa se relajó un poco. Quería coleccionar esas sonrisas, captarlas y quedárselas para poder disfrutar siempre de ellas.
El nudo del estómago no desaparece, y ya es tan fuerte que casi le impide hablar y tragar. Él quería ser valiente, besarla, porque sabía que del desarrollo de aquella noche dependía su mundo entero.
Finalmente, odiándose a sí mismo, se inclina y le da dos besos...
Ella le abraza. Él cierra los ojos, abrumado por aquel tierno abrazo. Siente que todo su cuerpo se relaja, y todo lo demás desaparece, y ya sólo existe ella. No quiere soltarse, pero ha de hacerlo... todo tiene que acabar. 
Se separa lentamente de ella, hasta que sus cabezas quedan pegadas, y dibujándose una sonrisa en los labios de él, sus labios rozan los de ella. Se funden en un largo y tierno beso.
Para él fue su primer beso, por así decirlo, de verdad. Fue el primer beso en el que sintió que ella se llevaba algo consigo, su corazón, y a partir de ese momento ella sería la encargada de guardarlo y cuidarlo. 
Se despiden. Él se va más vacío, porque una parte suya se ha quedado con ella. Por otra parte, sabe que ya no camina solo, sabe que ella está siempre a su lado, junto a esa estúpida sonrisa que se le ha dibujado en la cara, incapaz de desaparecer de su rostro hasta que cae dormido en la cama.
Y es que ella ha redefinido su concepto de felicidad. Él siempre se sintió feliz, pero ahora ve que no es nada comparado con toda la que ella le aporta. Ahora sí que es realmente feliz, y hará cualquier cosa para que ella lo sea también.

Por: Aleksander B.

Despertar



 He estado dormida y ahora que he despertado la realidad no es nada. Semana tras semana dormí contigo y ahora que no estas se me derrumba el sueño. Eres mi arquitecto de sueños, tú diseñas mis laberintos, tú me pierdes a voluntad. 
Se me pasa el día lento, como una tortuga, pero, sin poder evitarlo, las horas se me escapan de las manos entre canción y canción, mientras, tú, pierdes la noción del tiempo. Siguen pasando los minutos y siento como si mis ojos fueran a quemarse si no ven los tuyos, claros y sinceros. Me abstraigo imaginando tus manos acariciandome hasta que tus huellas dactilares quedan memorizadas en mi cuerpo. 
Te necesito aquí conmigo, necesito tu olor y tu "¡Joder, qué suave!".
Me haces creer lo que nadie más podría. Toco cuatro acordes y me suenan a ti.
Has cambiado mi vida, la has puesto patas arriba y le has dado un nuevo sentido.
Una ráfaga de aire me revuelve el pelo mientras me estanco en una realidad que vaga entre la fina frontera de los sueños. 
La vida ya no es intensa. Y mi despertar, solo un sueño difícil de recordar. 
Mi realidad ahora es un sueño y mi sueño una realidad. 
Ahí entras tú.


"Quiero hacer contigo, 
lo que la primavera hace a los cerezos"
~ Pablo Neruda





Hacerte, del verbo cosas obscenas.

  PLAY ME 


La princesa esta triste, ¿qué tendrá la princesa?
Los suspiros se escapan por su boca de fresa.

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El sonido del interior de una caracola me pierde en el mar, la sal se encuentra con la arena y borra mi mensaje.
Me duermo pensando en ti. En que cada día te veré al levantarme. Es la razón por la cual duermo tan bien desde el día en que decidí que me gustas, que me encantas. Todas las noches me voy a a la cama imaginando como seríamos tu y yo si, a diferencia de la realidad que me aplasta cuando me despierto al día siguiente, yo fuera un poco menos tímida, que es básicamente la raíz de los problemas.
Eres algo que me pierde porque me encantan las ganas que tengo de conocerte de verdad.
Memorizaría las pecas de tu nariz o los matices de tu personalidad y no me importaría porque el tiempo se habría parado, y una eternidad habría sido un instante a tu lado. Igual que cuando un niño viaja a Nunca Jamás. 
Odio que suene así porque en realidad no lo siento tan cursi, pero no me bastan las palabras para confesarme a mí misma que me siento totalmente en una nube cuando pienso en ti y que no hay manera de remediarlo.

Apúntate un tanto.



                                        
                                      Persona que sabes que me tocas la fibra sensible:

                                      Encuéntrame en tus pensamientos.
                                      Mira al norte, ahora al “norte” de tu brújula rota.
                                      Sumérgete en mis ojos.
                                                    
                                                  Apasióname. Muérdeme. Miénteme.
                                                  Grítame. Quiéreme. Absórbeme.
                                                  Apréndeme. Enciérrame. Libérame.
                                        
                                      Contenme en ese universo que ilumina tu cara.
                                      Baila conmigo.
              Y no me vuelvas a dejar bailar sola, por favor, es muy aburrido.



Cuando diga que sí, diré que no.






  El aire ha dejado oler a aire.
Huele a… huele como… como a risa descomunal y sueño feliz con una pizca de brisa marina y otras especias, una receta de cocina del universo.  Varía según haga sol o te mueras de frío y se intensifica si le añades algo de Never Shout Never o ves El arte de pasar de todo.
Al olerlo puedo sentir en las venas a esa gente que es tan feliz en este momento, como si pudiera verles.  Es un “algo” que me encanta. Igual que cuando te comes un bizcocho de chocolate y es lo más bueno que has probado en tu vida.
Está cargado de endorfinas y provoca la sensación utópica que todos buscamos y que es lo único por lo que vale la pena hacer todo lo que hacemos, por lo que no nos quedamos parados de pie desde que nacemos, por lo que todo cobra sentido, por lo que tenemos deseos, ideas y proyectos. Una respiración, los primeros pasos y las primeras palabras, las cosquillas, un beso, las ganas de correr repentinas, una locura, un accidente, la muerte… todo.
Por lo único que vivimos eso a lo que llamamos “vida” y por lo que no queremos dejarla pasar tan fácilmente.

Etérea materia discontinua.






Síyo creo eello.

En eso en lo que la gente no llega a fijarse si quiera. 
En las coincidencias.
En esas cosas que tienen siempre algo en su contra, algo que demostrar, algo escondido y posible (ya que no existe nada al contrario) pero poco creíble porque no están acostumbrados.
Ya sabes... esas cosas, no sé, cosas simples, como si existe el amor, el destino, los métodos milagrosos de adelgazamiento o que lo que sueñas nunca se cumple.

Creo que la gente que no cree nunca piensa en todo lo que podría ser y todas las infinitas posibilidades del enorme universo, que cree en algún Dios de alguna religión y que se ciega porque Él manda que así sea o que aun no se ha tomado el café con el que es persona por las mañanas.

Y creo también que se confirmará que de alguna, de ese montón de cosas en las que creo, no existe. 
Pero hasta entonces, puedo decir que creo contundentemente en creer, en no creer y en que mi pelo SÍ es rubio.




White Rabbit





Tiene que ser difícil atrapar un conejo blanco, se asustan con tanta facilidad que no te da tiempo ni a seguirles la pista una vez que salen corriendo.

Nunca he visto uno salvaje, en su hábitat, supongo que se ven correteando como niños pequeños (torpes siempre al andar) y de lejos como motitas blancas, como bolitas de nieve. Vivo en un sitio en el que no nieva, así que no mencionaré que se confunden con esta.

Me encantaría probarlo. Me hace ilusión la idea de ir corriendo por un bosque buscando la madriguera, eso sí, no miraría nunca dentro de ella, no quiero caerme como Alicia.

Es posible que si lo atrapo sienta que he llegado a una de las grandes metas de mi vida, a lo mejor solo necesito eso, atrapar un bonito conejo blanco y devolverlo a su madriguera. Aunque a lo mejor habla, me asusto y salgo corriendo.

Bueno… vamos a dejarlo, que ya empiezo a desvariar.

Y así fue. Un poco de esto, un poco de aquello... un poco de todo.




La verdad es qué no me entiendo muy bien… aunque a ti tampoco.

Primero dijiste que era imposible que no me gustara nadie y que a ti, te gustaban todas.  Luego fue que yo te gustaba, a mí me encantó claro, pero poco después pensé que, si yo era simplemente unas de esas cuantas que te gustaban, no sería especial. Pero sin tardar mucho, me dijiste que me querías, yo te correspondí, en realidad no sabía muy bien si era así, pero lo hice porque me encantaba estar a tu lado cuando tú me lo decías. Al cabo de un rato y con intenciones de dormir en un descapotable a media noche, en verano y por el campo, cogidos de la mano, en ese momento, me di cuenta de que te quería muchísimo y a la vez, de que te perdía. 

Me pasaba cada hora del día pensando que ya no me querías, que te escapabas de mis manos, que había sido todo muy fugaz, pero con cada susurro o beso tuyos todo eso de repente desaparecía, hacías magia.

Y yo sabía que querías hacerlo, pero no creía que fueras capaz. Aunque así fue, como si del chasquido de un mago hubiera salido un sortilegio, tú te fuiste y ahora estoy confusa, no sé nada de nada. 



Te fuiste y no supe que fue lo que había pasado.


                                                                                           Pure magic.



Made of them.


Pasear por la playa, con unas preciosas sandalias en la mano, pelo suelto, arubiandose con el sol tenue y un espectacular olor a brisa marina que lo alborota. 



Las sonrisas vuelan, las miradas se posan y en un arrebato de complicidad el pequeño grupo de amigos explota en una carcajada. Alguna teme que alguno tenga el valor de tirarla al agua con ropa, pero el que tenga el valor irá con ella al fondo submarino. No hace falta describirlos, todos sabemos como son. Tienen bastante ambición aunque son modestos, no se dan cuenta de lo quieren, son felices hasta cierto punto que les encanta, son maduros pero unos críos a la vez, aún viven en nunca jamás, saben controlar las cosas como si del mundo en las manos de un dios se tratase, encuentran lo mas especial en algo insignificante y a pesar de sentirse afortunados y orgullosos… Bah! No les importa. 

                                              STRONG HAPPINESS                                      

Sin más.

Blooregart Q. Kazoo
No hace ni dos años que nos conocimos y no me cuesta recordarlo. Es injusto ya que deberíamos haber perdido la noción del tiempo que llevamos juntas.
En todo este tiempo hemos pasado: exámenes, agobios porque tu madre odia los sietes, risas, llantos, ninguna pelea porque tu horrible defecto es qué no sabes enfadarte, muchos gritos, la primera parte de la séptima película del mago más increíble jamás visto y del que no queremos que termine la historia, muchas entradas de blog, muchas muchas MUCHAS fotos, muchos amigos, momentos en la playa, en la piscina, de rebajas, en los probadores armándola parda, haciendo de poni, muriéndonos de calor y de frio… no hay suficiente espacio en el mundo para decirlo todo en realidad.
Eso me gusta, porque en menos de dos años hemos experimentado cosas irrepetibles que no volverán a ocurrir, muchísimas cosas que me hacen pensar siempre “¡¿Cómo cojones pueden pasar tantas cosas en tan poco tiempo?! WTF?!”
 También me parece increíble como MIERDA AVINAGRADA puede una sentir tanto amor por alguien, porque de verdad te quiero, te quiero muchísimo, y me pareces una persona jodidamente increíble con la que tengo millones de cosas en común y de la que siempre pienso: “Qué envidia deben tener los que no la conocen, en serio, no saben lo que se pierden”. Porque me siento infinitamente afortunada de haberte conocido, de ser amiga tuya y de tener la esperanza de que, aunque sea a través de un charco, vamos a seguir manteniendo un poquito de todo este amor. Porque no hay cosa que no quiera compartir contigo ni vez que YO- Luna Genoveva García Marín- no vaya querer ayudarte, consolarte, hacerte compañía, no juzgarte por cualquier cosa o escucharte. 
Porque yo voy a estar a tu lado sea donde sea, incluso cuando allí estés llorando, te diré “¿A quién hay que pegar?”; Porque tus primeros pitillo se te rompieron igual a los míos; por nuestra casi infinita gratitud y lo que sobra de desprecio a J.K. Rowling (que ha hecho la mejor saga de fantasía y provocando que millones de personas sigan esperando su carta de Hogwarts porque se niegan a ser simples muggles, pero que también ha aprovechado para sacar su vena psicópata, matando a todo el mundo y que también ha decidido terminar la saga y no hacerla eterna, porque ¿quién leches quiere que termine?) y muchísimas más cosas que de verdad me hacen creer en el destino. 
Porque desde luego tú y yo estábamos destinadas a encontrarnos, lo demás… vino solo, el destino no tuvo que hacer nada más.
Ocurrió sin más y fue mágico.

















 




                                                           












Sal de tus esquemas.

 
 


Tenemos que tirarnos de un tren en marcha sin hacernos un solo rasguño. Tirarnos al mar desde un acantilado y creer que caemos al vacio. Saltar las olas el día de San Juan, pedir un deseo completamente incomprensible y aun así confiar, ingenuamente, en que se puede cumplir. Emborracharnos como cubas, dejarnos las piernas echas mierda y no acordarnos del por qué. Ir a una fiesta de alguien que no conocemos por nuestra cara bonita. Encender una hoguera en la que todo lo horrible se pueda desvanecer. Acabemos con la contaminación, el efecto invernadero, la guerra, el hambre en el mundo, con la crisis y los políticos.
Bebámonos una botella de whisky entera sin sentir porque es un juego. Hagamos que las estrellas, que son “te quieros”, brillen siempre en todos sitios como las que más y que nos hagan parecer increíblemente insignificantes. Vámonos de aventurer@s por un país con mucha vegetación y encontremos un tesoro maldito. Pasémonos un día entero comiendo chocolate. Tirémonos a la piscina son ropa y absolutamente sin ninguna.
Completemos nuestra lista de cosas por hacer, deseos, errores horribles, momentos que querríamos que estuvieran en una película sobre nosotros que jamás se hará…
Hagamos todo lo que podamos hacer para que este estado temporal, de cura inmediata cuando llega el final, sea lo más vivo incluso cuando ya no lo estemos, porque ahora es lo más importante.