Sal de tus esquemas.

 
 


Tenemos que tirarnos de un tren en marcha sin hacernos un solo rasguño. Tirarnos al mar desde un acantilado y creer que caemos al vacio. Saltar las olas el día de San Juan, pedir un deseo completamente incomprensible y aun así confiar, ingenuamente, en que se puede cumplir. Emborracharnos como cubas, dejarnos las piernas echas mierda y no acordarnos del por qué. Ir a una fiesta de alguien que no conocemos por nuestra cara bonita. Encender una hoguera en la que todo lo horrible se pueda desvanecer. Acabemos con la contaminación, el efecto invernadero, la guerra, el hambre en el mundo, con la crisis y los políticos.
Bebámonos una botella de whisky entera sin sentir porque es un juego. Hagamos que las estrellas, que son “te quieros”, brillen siempre en todos sitios como las que más y que nos hagan parecer increíblemente insignificantes. Vámonos de aventurer@s por un país con mucha vegetación y encontremos un tesoro maldito. Pasémonos un día entero comiendo chocolate. Tirémonos a la piscina son ropa y absolutamente sin ninguna.
Completemos nuestra lista de cosas por hacer, deseos, errores horribles, momentos que querríamos que estuvieran en una película sobre nosotros que jamás se hará…
Hagamos todo lo que podamos hacer para que este estado temporal, de cura inmediata cuando llega el final, sea lo más vivo incluso cuando ya no lo estemos, porque ahora es lo más importante.





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