She isn't what you think she is// Ella no es lo qué tu crees qué es.

Ella está sola. Está sola en un abismo de tenue oscuridad. Se levanta y echa a andar lentamente.
Ella se siente perdida, confusa, exhausta, sedienta; no sola, ni triste, ni hambrienta. Parece que todo lo que sienta ella le es indiferente pero, no lo que ocurra a su alrededor.
Es curiosa le interesa saber por qué existe esa tenue oscuridad en el abismo y a cada paso que da, en medio de toda esa minimalista monotonía, ella encuentra cada detalle del entorno.
Ella conoce el mundo, ella sabe que en realidad todo es un espacio vacío a oscuras con una luz, tan, tan débil, que se le llama penumbra. Cubriendo el mundo hacia ella, es como si hubiera un velo de tranquila oscuridad que la protege e hiciera que lo vea todo como verdaderamente es.
Bruscamente, como si hubiera chocado contra algo que la ha sorprendido, se para.
Inmóvil, los pensamientos e ideas intentan avasallar su cabeza y, de la manera más brusca, paran. Delante suya aparece, de la nada, enorme y pesado, el único pensamiento que a partir de ese momento le importa.
Ella busca su afín.
Ella ha encontrado su deseo.
Se ha dado cuenta, por fin, de lo que necesita.
De repente empieza a dibujarse una sonrisa en su cara, y las lágrimas comienzan a brotar de sus ojos. Cada vez a más, hasta que en ese abismo de tenue oscuridad se desata una tormenta.
Empieza a llover y ella echa a correr tan rápido como puede, mientras llora, mientras ríe y ríe sin parar.
Ella grita fuerte y se da cuenta que es la primera vez que llora mientras ríe a carcajadas, la primera vez que llora de pura alegría e ilusión. Y en ese momento y solo en ese, vuelve a gritar:
¡POR FIN ME SIENTO VIVA!

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